martes, 10 de marzo de 2009


¡¡Quiero ser José Playo por un día!!

Me acordaba ayer de ese programa bastante pedorro en donde ciertos “fanáticos” jugaban a ser sus ídolos por un día.
No quiero decir que José Playo sea mi ídolo, pero me hice fan de sus relatos. Hoy me meto en el juego y trato de teletransportarme a su cabeza, a escribir como él lo haría para contar algo que seguramente a él también le rompe las pelotas (literalmente en mi caso, porque decir “me rompe los ovarios” no me suena para nada simpático).

En casa tenemos a Bruno, el perro de la familia, no el mío. No nos llevamos bien desde un principio. Me meaba la cama, me arrancaba justo Mi ropa de la soga, la cagaba a mordiscazos y la enterraba en el fondo. Debe haber madurado porque hace unos meses que no lo hace. Igualmente me quedó una pica terrible.
El problema es que no soporto su vida de vago, que le den la comidita siempre a horario, que lo bañen, lo perfumen y encima junten sus soretes con “servilletas de papel con dibujitos”. ¡¡Dejame de joder!! Que venga él y me haga de comer todos los días cuando vengo de la facu chorreando transpiración y cansancio. Que venga él a bañarme y a pasarme la esponja y de paso me haga unos masajes. ¡NO! Porque no sirve para nada, ni siquiera como cortador de uñas. Siempre que me dicen “pobre Juan, ahora tiene una vida de perros” yo grito ¡¡QUE SUERTE HIJO DE PU... !!
Otra cosa que me pone como loca es que todos traten de hablar por el perro. Pobre, él no tuvo la suerte de poder decirme toda la sartada de cosas que seguro tiene ganas y encima tiene que bancarse que hablen por él. Lo peor de todo es que le ponen una voz de pito, como si dieran por hecho que ellos hablan así. Mirá si tienen la voz del viejo que dice “espectacular” en el programa de Petti o la voz de la Nana Fine sin el doblaje al español.
Puedo convivir con los perros, más si los que me rodean sí los aman, pero no me pidan que haga lo mismo. Igualmente creo que el día que se valla de casa, paradójicamente, lo voy a extrañar.

1 comentario:

Emiliano Piotto dijo...

Si mi perro hablara creo que tendría una voz de boludo bárbaro. A mi también me gustaría ser Playo pero por muchos días. También quiero que vueelva la peinate a la calle. Qué puta que es la vida. Tanto te hablé de josé que terminaste comprando un libro cuando lo viste en vivo y en directo, sos perra eh? Espero que ahora confíes en mi lectura.