sábado, 25 de abril de 2009

“Vomitemos Flores”

Dijo un flaco con anteojos de sol a las diez de la noche.



La idea de vomitar en verdad no me trae buenos recuerdos. Suena un poco violenta la palabra. ¿Escupamos flores? No. Escupir nunca me salió, a no ser que se me haya atrancado la cáscara de un maní, o necesite expulsar un chicle-misil que ya me está partiendo la mandíbula. ¿Arrojemos flores? No, es demasiado tétrico y meloso.

Lo volví a ver de nuevo al flaco y lo primero que le pregunté fue si era él el que vomitaba plantas para asegurarme. Era él. Pero se explicó un poco más y logré entender lo que quería decir. Vomitar flores es largar todo eso que tenemos adentro y que urge o presiona para salir. Vomitar: largar urgentemente algo. Flores: talento, mucho talento. La panza se me retuerce de flores de colores y a veces me trae algunos lindos dolores. El problema es que a veces no tengo inodoros ni baldes ni bachas para desagotar. Tendré que hacerme la borracha y vomitar por ahí, en cualquier lugar, no importa dónde porque la excusa está. No, escapar no es la cuestión, no es mi idea.

Pero... p…p...p...puuaaaaajjjj!!!!

miércoles, 18 de marzo de 2009

¿Quién es verdaderamente creativo?

¿Yo creativo?
¿Tú creativo?
¿El creativo?
¿Nosotros creativos?
¿Vosotros creativeisnnn?
¿Ellos creativos?

Creo que es una pregunta por demás cansadora a esta altura, y ya no me la banco. Si somos creativos o no, depende de cada uno y no de lo que estudiemos. Eso me quedó clarísimo.

“Confesiones de Creativos” estuvo bueno. Sí. Tuvo de todo eso que siempre termina siendo un evento como este: charlas simpáticas, entretenidas, tiroteos a la publicidad, calor, mucha gente y momentos en que no quisieras estar ahí.
Por suerte dos amigas y yo conseguimos sentarnos en segunda fila, por esas cosas que inexplicablemente te pasan en la vida. De atrás se sentía que había mucha gente tratando de escuchar, pero se ve que la acústica de la capilla era muy mala. Y claro… ¿no dicen que a Dios tenemos que escucharlo cada uno en su corazón? ¡¡Puff!!
Empezó “Confesiones…” con Tony Curtino mostrándonos un poco de su vida, de cómo se las arregló para sobrevivir creativamente. Su confesión fue aceptar que la creatividad salvó su vida. Interesante. Más si en mi caso sé, afirmo y confieso si es necesario, que no podría hacer otra cosa sino es jugar con la creatividad.
Siguieron varios. Alguien presentó un video, que me pareció bastante redundante y sólo pude rescatar una última frase que decía: “La creatividad es hacer el mundo un poco mejor de lo que lo encontramos”. Creo que tiene mucho sentido.

Estas son algunas de las notas que escribí en mi celular mientras jugaba el papel de un sacerdote que escuchaba confesiones de algunos pecadores:

José Playo, escritor, comunicador social y boludo. (Así se hace nombrar él en uno de sus relatos). Gracioso. ¿A quien no le gusta que le mientan José?

Seamos “salchidalmatas” mitad chongos mitad chetos (o algo así). No entendí demasiado lo que quiso decirnos.

Son más de las diez de la noche en la capilla. Uno sube con lentes a dar su charla. Muy salame. “Vomitemos flores, vayámonos a la mierda”. ¡UPA! Esto me mareó un poco.

Excelente analogía con unos globos. Del globito vivimos todos, jaja.

Mujer conferencista pareció tener un orgasmo metafísico en el escenario.

Tengan tanto talento como puedan.

La creatividad puede ser muy perversa. Orestes Lucero, sin palabras.

Mierda, qué calor hace.

Ex publicitario denuncia a los falsos creativos. ¡Qué huevos!

Artistas plásticas olvidaron preparar lo que iban a decir.

¿Afuera sirven fernet gratis?

Psicólogo habla del paso de la heterosexualidad a la homosexualidad.

¿Bellomo estará atrás?

En fin. Estuvo muy bueno, me gustó. Acepto que siempre desde el público se ve lo mejor y lo peor. Uno critica mucho pero los que están ahí arriba no somos nosotros. Lo único negativo que puedo decir es que de tantas acepciones tan variadas del concepto de creatividad, se me hizo una ensalada rusa en la cabeza.
Creo seguir firme en lo que pienso, más allá de la carrera y la profesión y todo eso.
Sino fuera creativa, me aburriría tanto de los días, las mañanas, la comida y los horarios.

Soy feliz, y si eso se lo debo a esa chispita creativa… ¡BENDITA SEA ELLA!

martes, 10 de marzo de 2009


¡¡Quiero ser José Playo por un día!!

Me acordaba ayer de ese programa bastante pedorro en donde ciertos “fanáticos” jugaban a ser sus ídolos por un día.
No quiero decir que José Playo sea mi ídolo, pero me hice fan de sus relatos. Hoy me meto en el juego y trato de teletransportarme a su cabeza, a escribir como él lo haría para contar algo que seguramente a él también le rompe las pelotas (literalmente en mi caso, porque decir “me rompe los ovarios” no me suena para nada simpático).

En casa tenemos a Bruno, el perro de la familia, no el mío. No nos llevamos bien desde un principio. Me meaba la cama, me arrancaba justo Mi ropa de la soga, la cagaba a mordiscazos y la enterraba en el fondo. Debe haber madurado porque hace unos meses que no lo hace. Igualmente me quedó una pica terrible.
El problema es que no soporto su vida de vago, que le den la comidita siempre a horario, que lo bañen, lo perfumen y encima junten sus soretes con “servilletas de papel con dibujitos”. ¡¡Dejame de joder!! Que venga él y me haga de comer todos los días cuando vengo de la facu chorreando transpiración y cansancio. Que venga él a bañarme y a pasarme la esponja y de paso me haga unos masajes. ¡NO! Porque no sirve para nada, ni siquiera como cortador de uñas. Siempre que me dicen “pobre Juan, ahora tiene una vida de perros” yo grito ¡¡QUE SUERTE HIJO DE PU... !!
Otra cosa que me pone como loca es que todos traten de hablar por el perro. Pobre, él no tuvo la suerte de poder decirme toda la sartada de cosas que seguro tiene ganas y encima tiene que bancarse que hablen por él. Lo peor de todo es que le ponen una voz de pito, como si dieran por hecho que ellos hablan así. Mirá si tienen la voz del viejo que dice “espectacular” en el programa de Petti o la voz de la Nana Fine sin el doblaje al español.
Puedo convivir con los perros, más si los que me rodean sí los aman, pero no me pidan que haga lo mismo. Igualmente creo que el día que se valla de casa, paradójicamente, lo voy a extrañar.

sábado, 28 de febrero de 2009


Cielo vs. Tierra
“La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato.”

Julio Cortázar - "Rayuela" capítulo 36.

Simplemente, genial. Es tan cierto, tan verdad. Cuántas veces nos olvidamos de que el Cielo está en las cosas más simples, en las cosas puras despojadas de toda esa mierda que anda dando vuelta.
¿Cómo hacer para estirarme y poner un pie sobre la Tierra y el otro en el Cielo si mis piernas son tan cortas? La respuesta es mucho más fácil de lo que todos creen… simplemente es una actividad mental, si se puede llamar así. La sonrisa es siempre un pasaporte directo al Cielo. Es pensar que el Cielo está en todas partes, y que no es necesario “estirar la pata” para alcanzarlo. Mi Cielo está en el recuerdo de mis nonos, en los mates con mi hermana, en los viajes con mi viejo, a la tarde cuando veo la novela con mi mamá en la cama. Está en los amigos, en los verdaderos y en los que andan dando vuelta por ahí. Mi Cielo está en la música de Sabina, en una rosa que le regalo a una amiga triste, en un dibujo… en una canción. Está en un mensajito que me mandaste, en un abrazo que me diste, en tus ojos, en tu piel. Está en los tererés en la puerta de casa, en las siestas de los sábados, en las corridas de todos lo días, hasta en el colectivo que me tomo al menos dos veces por día. Está en un buen libro, en una canción de bossa, en las carcajadas por una caída tonta. En un alfajor Terrabusi Glaseado, en una barrita de Chocolate Águila, en mi Patiecito, en la lluvia con truenos. Puede parecer una pavada. Sí, no estás loco si pensás que es una exageración. Pero prefiero pasar por boba y no dejarme pellizcar por la rutina, por los horarios, por esas cosas tan aburridas, por las complicaciones innecesarias. Cuesta mucho darse cuenta de que el Cielo está en todas partes, pero una vez que lo sabés y que lo sentís, ni se te cruza por la cabeza seguir perdiendo el tiempo. No pretendo dar lecciones de vida, ni mucho menos. Estoy a menos de la mitad del camino, si es que hay un camino por ahí. Sólo invito a mantener los pies sobre la Tierra sin dejar de volar y de contagiarse de todas esas cosas lindas y puras que hay en el Cielo.
Sin Tierra no podríamos vivir. Menos aún, sin Cielo.
Escondé tu Cielo donde quieras, el destino me llevará derechito ahí. Amén.

jueves, 12 de febrero de 2009


Por fin, se equivocó Joaquín.

Sí, es verdad. Ayer me dí cuenta de que mi querido Joaquín de vez en cuando, como todo ser humano, se equivoca.
Me hizo creer que en una vuelta, que en el regreso de una persona siempre hay fiesta en la cocina, y no lo dudo de que sea así. Pero es que ayer, cuando lo vi volver, hubo fiesta en cada pedacito de mi cuerpo.
Cuando te miraba festejaron mis ojos. Cuando me agarrabas la mano, festejaron ellas también. Con el simple roce, sin ninguna otra intensión ni resultado, festejé enterita.
Dichosos de los que sabemos disfrutar de cosas tan simples… tan inocentes, tan cargadas de una especie de combustible que hace funcionar eso que llaman Felicidad.
Dichosos de los que vuelven a abrir los ojos después de ver correr tanta agua sucia.
Dichosos de los que se dejan llevar y se entregan a esas pequeñas cosas que emocionan.

Te quedaste corto Joaquín. Mi festejo no sólo es más grande, sino que es eterno.
Dichosa de mí que puedo verte, tenerte cerca y rozarte sin hacerme un mundo rosa alrededor.


Dichosa de mí que puedo seguir disfrutándote, hasta que se me antoje lo contrario. Amén.

sábado, 17 de enero de 2009


¡Me voy al mar, de donde vengo, de donde soy!
Llevo mis cds de Sabina y voy a estar rodeada de escarabajos cada vez que salga a la calle... ¿que más puedo pedir?
Adiós gente. ¡Fue un gusto!

sábado, 10 de enero de 2009


Esto era para subir el último día del año 2008. Ya pasó, bueh. Usemos la imaginación... ¡nos teletransportemos! ¡Oh sí!


Vestigios de un fin de año


Che, qué increíble que es la naturaleza humana, o las cosas, o la vida. Cada vez afirmo más esa teoría que dice que la mano es una extensión del corazón, de la mente o de otras partes del cuerpo, ¡puaj! Pasa que con diferentes medios podemos hacer que nuestras manos expresen más que nuestra panza, no menos que nuestros ojos.
Ahora que llega fin de año, todos estamos asi como melosos, como melancólicos o reflexivos. Y es así, no pude escapar de eso. Me quedé pegada a la masa. Soy parte de la masa. ¡Ouch!


Este año me gustó más Sabina, menos Tinelli.
Este año mi hermana me gritó más veces, me prestó menos ropa.
Este año mi mamá se quejó menos veces, me tuvo que prestar más plata.
Este año mi papá fue más bueno, menos paciente con su trabajo.
Este año rendí once finales, me quedé libre en una materia.
Este año apredí a trabajar, a cumplir horarios, a dormir menos siestas.
Este año me dieron ganas de estudiar cine, el año que viene supongo que también.
En este año los amigos siguieron siendo los mismos, y un poco más.
Este año aumenté tres kilos, tuve que empezar a hacer más ejercicio y debería haber comido menos ñoquis con salsa bolognesa de Sólo Pastas.
Este año tuve problemas para administrar la plata, menos ahorros pero lindas fiestas.
Este año no tuve mi escarabajo, sí saque el carnet. No practiqué más.
Este año conocí a Frida y a sus locuras. Conocí a Almodovar y a sus chicas. Quise ser una de ellas. Este año conocí a una gran persona, una de las tantas que andan por ahí. Este año estuvo acá, jugó conmigo a las damas y tomó café en un lugar. Lo quise, pero un poco menos cuando se fue sin despedirse.
Este año Papá Noel me trajo menos regalos que el año pasado, pero por suerte me trajo una bombacha rosa más chiquita de las que me solía regalar mi abuela.
Este año cumplí los veinte un sábado, esa noche sentí lo que era tener un pedo melancólico.
Este año extrañé más a mis nonos, menos mi cinturita de los 15.
Este año lo seguí amando, amando con amor, amando bien, como debe ser. Como siempre quise después de ese tormentoso agosto.

¡Este año! Nunca más habrá un año como este, eso es lo bueno. Que nada se repita, que todo lo que nos pase quede de alguna manera ahí, listo para ser recordado. Siempre con buena onda, con una linda compañía y unos mates.
Se viene el 2009. Año impar, año de no se cuál animal, año de mis 21. ¿Será bueno, malo, igual o peor al 2008? No lo sé, y eso está bueno. Amén.